El cultivo del olivo en secano representa más del 77% de la superficie total destinada al cultivo del olivo en el mundo, veamos nuevas técnicas.
España tiene 2,7 millones de hectáreas de cultivo es fiel reflejo de la anterior afirmación ya que el 72% de su superficie de olivar en el año 2012 se desarrollaba en condiciones de cultivo en secano.
Los olivos determinan de manera decisiva la disponibilidad anual de aceite y aceitunas, y el precio del mismo a nivel global.
Su producción y rendimiento están ligados a las condiciones climáticas anuales, a la fertilidad del terreno que ocupan, y al fenómeno de la vecería que provoca que a años de grandes cosechas sigan otros de producciones anormalmente bajas.
La continuidad del olivo en secano parece asegurada dada la creciente demanda de aceite por el mercado y las limitaciones de recursos hídricos actuales que dificultan la sustitución de estas hectáreas por otras de regadío.
Antecedentes de cultivo en seto
La tecnología de cultivo conocida como olivar en seto, se ha ido perfeccionando a lo largo de los años de desarrollo que ha tenido.
Las características de aquellas plantaciones realizadas a principios de los años 90 ha evolucionado en: nuevas variedades, nuevos marcos de plantación, nuevos sistemas de formación, nuevas máquinas de recolección, etc.
Aún con todos estos cambios, la esencia de aquellas primeras plantaciones prevalece y es un modelo que no para de crecer y evolucionar gracias a una mecanización total de las operaciones de cultivo.
La aceptación y normalización del modelo por parte de los agricultores se constata en las casi 300.000 hectáreas que acogen el olivar en alta densidad en el mundo.
Inicialmente concebido para una olivicultura de regadío, los excelentes resultados obtenidos han hecho que los fundamentos de este modelo no sólo se hayan extrapolado a otros cultivos como el cítrico o el almendro, sino que también al olivar para aceituna de mesa o el olivar en secano.
El olivo en seto cultivo en secano
Las primeras plantaciones de olivar en seto en secano se realizaron considerando distancias entre las filas de los olivos superiores a las empleadas normalmente en regadío, de 5 a 7 metros. Con ello se buscaba aumentar el volumen radicular que los olivos podían explorar en el suelo.
Este hecho debía conferir en principio una mayor disponibilidad hídrica y una mayor capacidad productiva de cada uno de los olivos plantados.
Los resultados obtenidos a lo largo de estos años con este modelo han sido muy buenas, ya que la reducción de costes que conlleva la cosecha mecánica, mejoraba considerablemente la rentabilidad de las plantaciones de olivar en secano.
Las nuevas genéticas, han permitido a los olivicultores mejorar el sistema y, en secano, se utilizan y gestionan variedades de olivo en un seto mucho más eficiente desde el punto de vista de aprovechamiento del agua que en el pasado, aumentando la rentabilidad con respecto a los olivos cultivados de manera tradicional.
- La oportunidad que supone la introducción de nuevas variedades, que se adaptan mejor al sistema, más productivas y eficientes como Arbosana, Oliana y Sikitita. Producen más con la misma cantidad de agua.
- Es fundamental el diseño de un seto con dimensiones adecuadas para que sea productivo en todos y cada uno de sus puntos. Está íntimamente relacionada con conceptos como iluminación, porosidad del seto, y de nuevo: eficiencia productiva. Para evitar las pérdidas de recursos ya de por sí limitados en el secano, los olivicultores están estrechando anualmente el seto de vegetación hasta una anchura no superior a los 60-80 centímetros; obteniendo así un “tabique vegetal” perfectamente iluminado y completamente activo para la producción de aceituna y renovación de ramas para la producción del año siguiente.
- Las claves para conseguir producciones más elevadas en el secano ha sido el hecho de disminuir la distancia entre las filas, fijada ahora en 3-4 metros y aumentar la altura de la pared hasta los 3,5-4 metros de altura.
Tenemos muchos más metros cuadrados de superficie 100% eficiente por hectárea que en los primeros setos diseñados de cultivo en secano. Reduciendo el marco de plantación, conseguimos árboles mucho más eficientes, que necesitan de un mínimo esfuerzo para alcanzar su techo productivo.
La necesidad de agua y de nutrientes que destinamos a crear una planta más grande, se ve reducida al repartirse ésta entre un mayor número de unidades. - Los 3 puntos anteriores inciden directamente en un aumento de la capacidad productiva de nuestro olivar de secano, pero no debemos olvidarnos del otro componente que afecta a la rentabilidad, los costes. Los costes de implantación como los de gestión anual de la plantación. Los costes de implantación, el uso de planta con formato Smarttree ha disminuido los costes, ya que no son necesarios postes ni alambres. Simplemente precisamos de una caña de bambú de 90 centímetros, que enterraremos 30 cms.
En Plasoliva envasamos a partir de la mejor materia prima.
Disponemos de una amplia gama de presentaciones (aceituna entera, deshuesada, rellena, en rodajas…) y tamaños de envase para que elija el que mejor se adapte a sus necesidades.