Las últimas lluvias están siendo un alivio para los cultivos.

El olivar español ha podido tener un poco de alivio con las últimas lluvias en estos momentos en los que más se necesitaba.

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Las lluvias caídas en los últimos días son beneficiosas para todos los cultivos, en especial para los cultivos de secano, y alivia la situación de prealerta por sequía en muchas zonas de España.

Estas lluvias mejoran la situación de cara a los riegos de primavera verano y es un alivio para los cultivos de secano. Aun así se sigue necesitando que llueva más ya que el agua caída hasta ahora no es suficiente para desactivar la alarma por la sequía que sufre el campo.

Las olas de frio, como la mas reciente, es por otro lado una amenaza para las primeras floraciones y que podrían ser también problemáticas.

Sequía en los cultivos

En el mes de febrero los pantanos del Guadiana, se encontraban a tan solo el 28% de capacidad y es que la sequía de los últimos meses no sólo afecta a los campos y cultivos.

Donde embalses y pantanos se estaban viendo bastante afectados, por lo tanto sí, las últimas lluvias significan un gran alivio para que volvamos a tener un poco más de capacidad, aun así, sigue sin ser suficiente.

Si continua lloviendo los embalses podrán acumular reservas suficientes para mejorar las previsiones de la campaña de riego y aun podrá llegar a tiempo para algunos cultivos.

El campo está aún lejos de salir de la situación crítica que les deja la escasez de precipitaciones de los últimos meses.

El balance del invierno deja 78,5 litros en Extremadura frente a los 159 que son habituales en la época, que han activado la segunda peor sequía meteorológica en 60 años.

La sequía: ¿Un problema recurrente en Extremadura?

El problema con la escasez de agua en la región no es nuevo y los periodos de sequía tampoco (la más grave se remonta a 1995).

Se va a una tendencia ligeramente decreciente de precipitaciones, que no es tan acusada en otoño pero sí en los meses de invierno y la primavera, con lo que hay una menor disponibilidad de agua.

Un déficit de precipitaciones que traemos acumulado de otoño y más del invierno, es difícil que la primavera lo resuelva porque es la tercera estación más lluviosa.

Algo bueno, no obstante, tienen estas precipitaciones de marzo. Los cultivos que más se han beneficiado de ellas son el olivar, los cítricos y los almendros, que se encuentran en periodo de floración.

«En el olivar ya se daba por perdida la cosecha del próximo año», apuntan desde la asociación agraria y ganadera Asaja, donde se incide en la importancia de estas lluvias y, sobre todo, en la conveniencia de que este «cambio de ciclo» se consolide. «Tiene que seguir lloviendo aún más», refieren desde la asociación agraria.

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